El cielo luce oscuro.

Tan solo se oía el crujir de la madera tras sus pasos. Luego su toz agónica y su carraspeo que indicaba que comenzaría a hablar. Y probablemente lo iba a hacer, pero se calló al sentarse ante mí y mirarme. Se colocó las gafas que busco a tientas por la mesa. Se secó las últimas lágrimas con una servilleta y entonces pudo verme con total claridad. Yo Colocaba los platos en la mesa, él aparto rápidamente la foto de Susana que tenía en su sitio.
- increíble, que hace un año nuestra preocupación en navidad pendía de la capacidad de despegue de un avión.- susurró, al fin, supuso que habría visto la foto.
- y hoy. De nada. Solo me preocupaba que cenáramos hoy.- respondí entre risitas.
- gazpacho.- dijo esbozando una sonrisa torcida.
- ¿pero el gazpacho no es una comida de verano…?- inquirí, impaciente.
- lo sé. Por eso la he preparado. Susana siempre viene en verano con los niños, ¿no querida?- alegó de nuevo, alegre. Asentí, y continúe poniendo la mesa. Una hora más tarde recibimos la llamada de Susana.

“¿Cómo esta papá?” “pues igual. O peor…no le mentiré."
“Mientras que siga…haciéndose ilusiones será feliz.” “señora, su padre confunde ya demasiado las cosas…”- Serví dos tazas de gazpacho y los lleve a la mesa.

- feliz navidad, Jacinta.- dijo con una amplia sonrisa en su arrugado rostro.

- feliz navidad Rogger - respondí yo, mientras recogía su plato de gazpacho y me la llevaba en su silla de ruedas a su cama a dormir. No sin antes darle sus pastillas.

***

- ¿el avión se ha retrasado, dices querida?
- si Rogger, Susana no llegara hasta… dentro de…- Suspire y me fui a atender al señor Rodríguez; Para el que yo era su novia de la infancia, una tal Claire. En plena navidad, mi trabajo de enfermera era un poco a la par de actriz. Hacer feliz a alguien a quien en navidad solo le quedaba la ilusión.
y me reconcomeria la culpabilidad matar la ilucion de un pobre anciano.


Celia Domínguez Gimbernat